Cuando comienza el período en el que las temperaturas son bajas, tienden a enfermarse de gripe y otras afecciones respiratorias muchas más personas que durante las épocas del año en las que hace calor.
Hemos escuchado a nuestras madres durante nuestro crecimiento e incluso cuando ya somos mayores decirnos que utilicemos ropa de abrigo al salir, porque en caso contrario podríamos enfermarnos, pero ¿es esto cierto?
El frío en sí mismo no puede enfermarnos
Sí… que el frío puede enfermarte es completamente un mito, pero es cierto que muchas más personas se enferman de gripe y afecciones pulmonares de distintos tipos durante ese período del año en el que las temperaturas son bajas, pero no es el frío el que te puede enfermar directamente, sino una consecuencia de nuestros hábitos cuando transitamos períodos de frío.
Los resfriados y las gripes que solemos contraer en el invierno están causados por virus. Existen centenares de virus que pueden causar este tipo de síntomas, entre los que se encuentran los resfriados, la gripe y otras enfermedades de origen pulmonar.
Los rinovirus suelen ser los más frecuentes en la mayoría de la población mundial, pero en la actualidad también nos ha tocado en suerte conocer al Coronavirus, así como también los enterovirus.
Los resfriados son causados por una gran cantidad de virus, mientras que la gripe es provocada por el virus de la influenza, y estos pueden están presentes en nuestro día a día, sin medir si la temperatura del ambiente es alta o baja.
Entonces ¿Por qué nos enfermamos más durante el período de invierno, cuando el frío acecha?
En épocas de bajas temperaturas tendemos a permanecer mucho más tiempo en espacios interiores que cuando hace calor. En estos espacios cerrados no estamos solos, sino que solemos exponernos mucho más y estar más cerca de otras personas, en lugares donde el nivel de oxígeno se puede saturar.
Estar en contacto con otras personas en ambientes cerrados hace que haya mucha más propagación de gérmenes, compartiéndolos entre los presentes, algo que hace que las enfermedades se propaguen en mayor medida.
Cuando hace frío, en esos ambientes cerrados también se suelen utilizar calefactores, aunque de todas formas las épocas de invierno suelen ser mucho más secas que las del verano. Se sabe que la transmisión de gérmenes es más fácil cuando los ambientes no cuentan con tanta humedad, por lo que la propagación es mayor en ambientes secos.
Lo mismo sucede en zonas donde el clima es lluvioso. En las zonas más cercanas al ecuador donde las temperaturas suelen ser altas todo el año, las personas suelen contraer influenza y gripes de todo tipo, pero no es la lluvia directamente la que enferma a las personas, sino que estas para guarecerse de las tormentas suelen encerrarse en sitios en los que están en un contacto más cercano con otras personas, donde surge la transmisión de las enfermedades.
Distanciamiento y ventilación y nutrición como prevención para la gripe
Habiendo derribado el mito de que el frío enferma y sabiendo que lo que nos ocasiona todo tipo de afecciones en nuestras vías respiratorias son los virus, no es extraño llegar a la conclusión que evitando el contacto cercano, y logrando la ventilación necesaria de los ambientes en los que nos encontramos interactuando con otras personas cotidianamente, tendremos menos chances de enfermarnos.
Lavarse las manos con frecuencia, inocularse con la vacuna contra la gripe cada año y evitar el contacto masivo con otras personas, es la forma más eficaz de pasar un invierno completamente sanos y sin ningún tipo de enfermedad respiratoria.
Nuestras manos entran en contacto con todo tipo de superficies, por lo que si nos encontramos en espacios exteriores en los que estas pueden contactar con agentes patógenos, debemos evitar llevarlas después a la cara, cerca de nuestras vías respiratorias.
En nuestra alimentación también podemos encontrar la forma de no enfermarnos. Consumir alimentos con altos valores vitamínicos y con los nutrientes necesarios, como pueden ser frutas y verduras, puede hacer que nuestro sistema inmunológico funcione mucho mejor, y esto nos mantenga bien protegidos de todos los agentes patógenos producidos por el contacto estrecho con otras personas.
Un buen descanso y la práctica de ejercicio también son recomendadas para un mejor desarrollo de nuestro sistema inmune.
Todos estos hábitos son los que nos liberarán de las típicas enfermedades que solemos padecer durante el período de invierno y serán mucho más efectivos que utilizar una ropa de abrigo, que solo nos quitará la sensación de frío en épocas de bajas temperaturas.
Si las enfermedades típicas del invierno aparecen de forma continua, lo más recomendable es visitar a un médico especialista, para que este nos recete los medicamentos necesarios para eliminarlas.