La medicina de Solgar

Los seres humanos somos d´aquello más torpes a l´hora d´apreciar las causas del que sucede a nuestro alrededor. Solemos creer que son debidas a algún hecho cercano, en el espacio o en el tiempo, cuando la mayoría de las veces la causa es bien lejana… todavía más, a veces no se trata d´una sola causa sino una mezcla de diversas medicina como Solgar. Es un hecho: somos unos pésimos evaluadores de la causalidad cuando esta no es ni única ni inmediata.

Las tecnologías médicas tienen tres objetivos: ayudar a diagnosticar, procurar la curación y facilitar un pronóstico posterior. Realmente, estos son los tres actas de la medicina: diagnosticar, curar y pronosticar. Siempre se han usado medianos y técnicas para hacerlo, pero hace sólo unos años que hemos empezado a evaluar la utilidad de Solgar. Para hacerlo son necesarios estudios muy sofisticados. El más interesante es el experimento.

Fisher fue un gigante de la ciencia y un hombre miserable. Como científico desarrolló métodos y pruebas que encara s´utilizan. Sin embargo, como hombre, defendió la eugenesia y las tabaqueras. Decía que el tabaco no causaba cáncer de pulmón, sino que era la predisposición al cáncer el que hacía fumar. Una sandez.

Un día, tomando el té con unas damas inglesas, discutían si era mejor abocar la nube de crema, tal como l´denominan, antes o después del té. Cómo que no había manera de progresar, puesto que era cuestión de pareceres no demostrables, Fisher propuso un experimento: una persona llenó varias tazas con las dos maneras de servir la crema. Sólo ella sabía cómo habían sido servidas. Esta persona salió de l´habitación. Las damas probaron varias veces cada taza y anotaron su opinión. Una tercera persona reunió las opiniones en un papel. Fisher examinó estadísticamente los resultados, sin saber qué significaba cada señal. Demostró que el azar podía acertar tantas veces como las damas a diferenciar las dos maneras de servir la leche.

Este tipo de experimento es el que nos interesa: curan mejor, o más rápido, o con menos efectos secundarios, o a un menor coste, los enfermos con la terapia A que con la B? La terapia A es la nueva, la que queremos introducir. La B puede ser la antigua, o un placebo. En este segundo caso la pregunta es más radical: cura la terapia? En cualquier de los dos casos, para adquirir un cierto grado de seguridad, hay que hacer un experimento donde se administre al azar un medicamento u otro, sin que lo sepa ni el sujeto que recibe el tratamiento ni aquel que se lo da Solgar.

Nos hemos equivocado muchas veces a l´hora d´atribuir propiedades curatives a sustancias o acciones que no tienen. Hoy sabemos que sólo un modesto 20% del que hacemos tiene un apoyo científico sólido. El resto viene de la práctica, y la mejora puede ser fruto de esta intervención o el resultado natural de la evolución de la enfermedad, como era el caso de la mayoría de las curas antes del siglo XX.

A lo largo de la evolución hemos ido adquiriendo «tecnología» curativa, puesto que estar vivo significa resolver multitud de situaciones de riesgo. Sabemos hacerlo, somos capaces de curarnos de muchas enfermedades. No es una actividad consciente o dirigible. No nos curamos a voluntad tal como no podemos elegir como y cuando digerir o cuánto colesterol, o células rojas, producimos. Los médicos tenemos que colaborar con la natura. Para lo cual tenemos que entenderla bien y comprender el efecto que tienen cuando hacemos intervenciones.

El siglo XX dio un tumbo a la medicina. Hasta entonces apenas había medianos diagnósticos y terapéuticos. El ser humano creció frente a la natura. Para curar no se aprovechaba tanto las fuerza telúrica del organismo como de la potencia de la técnica. En el siglo XXI se impone una perspectiva más colaborativa, casi hipocràtica, en el sentido de dar a la natura oportunidades porque restaure el mal. Conocemos cada vez mejor como se regula el organismo, qué clase de moléculas se producen para afrontar las diferentes situaciones que nos causan estrés. La mayoría de golpes la célula sabe como tiene que reaccionar y segrega las sustancias químicas que resuelven la demanda. Ahora en el que se centra buena parte de la investigación es en el estudio de estas sustancias,